Menú completo en las generosas aguas del sur de Corrientes
Esquina siempre responde.
Nota publicada en www.tigredelosrios.com.ar
Me había arrimado al pequeño muelle de Hambaré como esos jugadores que salen a testear la cancha antes de la salida y fascinado por la escena vi como un doradito arrinconaba contra la bajada de las lanchas a unos mojarrones que de tanto en saltaban aterrados en el aire. El dorado, atrevido e ignorando desembozadamente mi presencia, de vez en cuando sacaba su lomo y se arqueaba para volverse a sumergir.
Observar el agua es un hábito fascinante para todos los pescadores y ver al doradito cazando no hacía otra cosa que entusiasmarme por lo que iba a venir.
El sonido de una lancha y un saludo a la distancia me sacó del estado de contemplación en el que me había puesto el pequeño pirayú.. ..” vamos, que se nos terminan los pescados !! “ . Había llegado Fabián.
Abrazo , los bolsos, las cañas en la lancha y la partida rauda hacia el norte. Ni siquiera charlamos de pesca. Previamente habíamos acordado que la idea era probar al pesquero y el pique en modalidades distintas. Con la confianza que le tengo a Fabián, me desentendí de armar cualquier estrategia. El sabía perfectamente el plan de la jornada.
Nos atamos inicialmente en la boca de una laguna , encarnamos unos cascarudos y comenzó a girar la ruleta. Los dorados no demoraron, Los siempre vigorosos ejemplares de tres y cuatro kilos saltaban a lo lejos impulsados por su increíble potencia cuando se sienten clavados.
Con la etapa “cascarudo a la espera” satisfactoriamente concluida, proseguimos con señuelos de media agua. En el mismo arroyito comenzamos a realizar una pasada de trolling que invitaba a suponer algún porte mayor. Fabián tiene el primer pique en una curva en la que se armaba una hermosa corredera. El dorado, de porte superior a los “amantes de los cascarudos”, se soltó luego de un gran salto. No nos desmoralizamos, nueva pasada y plaf.. cachorro, y de los lindos.
Con la etapa “cascarudo a la espera” satisfactoriamente concluida, proseguimos con señuelos de media agua. En el mismo arroyito comenzamos a realizar una pasada de trolling que invitaba a suponer algún porte mayor. Fabián tiene el primer pique en una curva en la que se armaba una hermosa corredera. El dorado, de porte superior a los “amantes de los cascarudos”, se soltó luego de un gran salto. No nos desmoralizamos, nueva pasada y plaf.. cachorro, y de los lindos.
Hacia semanas que los informes previos daban cuenta de la actividad de dorados pero cada vez que preguntaba por el surubí, me decían que no “había aparecido” o que solo estaban activos los pequeños. No era este el caso que era un genuino representante de los ejemplares de 80 cm a 1 metro con los que Esquina suele obsequiar a los pescadores.
Atrás nuestro, en otra curva del arroyo, un colega y amigo de Fabián pescaba “atado” frente a en un pozón. Por los huecos que se abrían en el medio de la espesura, observamos la silueta de la lancha que se movía sin el motor en marcha. La lancha del amigo se había “soltado” señal de que estaban peleando con un bicho y largamos nuestra pesca para cubrir el acontecimiento. Efectivamente, se trataba de un cachorro mas grande al capturado por nosotros. Ahora si no era casualidad ,había aparecido el surubí.
Nos atamos también frente a un pozón vecino, había buena sombra para descansar del sol y era una magnífica oportunidad para almorzar, sin dejar por ello de tirar las cañas . El pozón nos regaló un festival de mandurés con algún cachorrito mechado.
Me dio lastima partir de aquel arroyito, pero la próxima etapa del periplo organizado por Fabián prometía dorados con moscas en aguas cristalinas.
Tercer etapa
Llegamos al Mini, un hermoso arroyo angosto de no mas de dos metros y pico de profundidad con aguas límpidas y oscuras, “aguas negras” como le dicen en la zona. Fueron un par de horas en donde no faltaron los dobletes y si bien los portes eran pequeños, en nuestras cañas de mosca el tamaño era lo de menos. Dobletes, piques perdidos y una diversión continuada con el agregado de que fuimos testigos de escenas no muy frecuentes. La voracidad de los doradillos y la transparencia de las aguas se habían asociado para brindarnos un hermoso espectáculo. Cada vez que capturábamos uno doradito, venían a su lado dos, tres, hasta cuatro ejemplares mas tratando por todos los medios de robarle la mosca al engañado “colega”. Un regalo para nuestra vista.
Nos quedaban algunos puntos mas para testear dentro del plan de pesca pergeñado por Fabián, y partimos rumbo a un banquito de arena sobre el Corriente. Veníamos charlando mientras serpenteábamos un pequeño arroyito, con la tranquilidad mutua que el relevamiento en los cautivantes pesqueros esquinenses había sobrepaso las expectativas. De pronto Fabián detuvo la lancha al observar una hermosa corredera. Me dijo …”A que hago dos casteos y clavo un dorado..” No dude un momento de su afirmación por lo que tome la videocámara y me dispuse filmar la escena. Un tiro, segundo tiro y la explosión en el agua, continuada por el salto de otro doradillo.
Terminamos en un banquito de arena en donde con no mas de 30 cm de agua los doradillos seguían regalándonos sus brincos.
Volviendo hacia Esquina y haciendo el balance de la jornada habíamos confirmado que en todos los puntos testeados habíamos obtenido respuestas. Eso habla de las bondades que presenta este pesquero en los días iniciales del otoño 2010 y no hace otra cosa que confirmar que la última creciente ha revitalizado al gran río como lo venimos informando desde principios de año.
Servicios de Alojamiento:
Posada Hambaré
Fabian Marquez