Estas son las especies que se pueden pescar deportivamente en Esquina:
Dorado (Salminus brasiliensis)
El dorado o Pirayú (Salminus brasiliensis) o (Golden Dorado) es un pez caraciforme de gran tamaño que habita las aguas tropicales y subtropicales de las cuencas de los Ríos Paraná, Paraguay, Uruguay, Chapare y Mamoré en América del Sur.
Es uno de los principales objetos de pesca deportiva en la Argentina, junto con las distintas especies de Surubí, y una de las presas más exigentes de la pesca de agua dulce en el mundo; supera el metro de largo y alcanza los 25 kg de peso, y la fuerte musculatura que debe a su hábitat, los rápidos fluviales de la región, lo hacen de captura difícil.
La pesca intensiva, deportiva y comercial, ha mermado su población en el río Paraná, que fuera antaño su principal reservorio, y los daños ecológicos causados por la represa de Yacyretá han agravado la situación.
Hoy su pesca en Argentina intenta ser controlada, existiendo veda en la época de reproducción y restricciones para las piezas cobradas.
Características
S. brasiliensis es un pez de cuerpo salmonoide, robusto, moderadamente comprimido lateralmente. Los ejemplares registrados de mayor tamaño rondaban los 1,10 m. y 25 kg. de peso. La cabeza es grande, hasta un cuarto del largo total. La boca alcanza aproximadamente la mitad de la cabeza, y muestra dientes fuertes de forma cónica; los ojos son pequeños, y están ubicados en posición retrasada.
El abdomen es largo. La aleta dorsal se ubica hacia la mitad del dorso. Las ventrales se colocan tangencialmente por delante de la inserción de la dorsal, mientras que la anal está próxima a la caudal. El pedúnculo de la cola es potente y robusto, como corresponde a su hábito de veloz nadador. Está recubierto de escamas grandes, amarillo-anaranjado en el opérculo, con el dorso ligeramente más oscuro y con reflejos verdosos, y el vientre plateado o blanquecino. Cada escama en el flanco presenta una pequeña mancha de color pardo oscuro. Las aletas son anaranjadas, con un reborde de color carmesí; una mancha negra faja el extremo de los radios caudales.
Comportamiento
El Dorado es un voraz predador. Habita las fuertes corrientes que se forman en bajíos pedregosos o desembocaduras de afluentes, donde su superior musculatura le permite maniobrar con más facilidad que sus presas, en general otros peces, y atacar cuando éste está inerme en la corriente.
Migra regularmente a lo largo de los ríos de su medio siguiendo a sus presas favoritas, en especial al sábalo (Prochilodus lineatus). Otras especies que captura son la boga (Leporinus obtusidens), el bagre (Pimelodus spp., Parapimelodus valenciennesi) y la palometa (Serrasalmus marginatus), así como crustáceos del género Macrobrachium.
Para la reproducción remonta la corriente en la migración llamada piracema, a lo largo de los meses de octubre y noviembre. Varios machos siguen a cada hembra, cortejándola; en el ritual de cortejo los ejemplares saltan, despegándose del agua en una imagen distintiva. La fecundación es externa, depositándose hasta 200.000 huevas en una puesta. No cuidan las huevas, que son depositadas en sitios correntosos, de las que tras una incubación de un día eclosionan los alevines, de unos 5 mm de longitud. La madurez sexual se alcanza en el segundo año para los machos y el tercero para las hembras; los especímenes inmaduros se alimentan de protistas y luego de crustáceos e insectos.
Pueden alcanzar los 14 años de edad.
Pesca
El dorado se busca en las aguas de fuerte corriente donde éste acecha a su presa; entre mayo y agosto los ejemplares tienen mejor tamaño, justo antes de emprender la fatigosa migración para la puesta. Se practican todas las modalidades de pesca, como ser, pesca de espera con carnada, bait casting, fly casting.
Conservación
Los proyectos de conservación incluyen la potenciación del reservorio de los Esteros del Iberá, que proporcionan un buen hábitat para la especie. El principal rival en esta zona para los ejemplares inmaduros es la palometa, presente en exceso por la falta de su predador natural, el yacaré (Caiman yacare, C. latirostris), afectado por la caza furtiva.
Surubí Pintado y Surubí Atigrado
Los surubíes (Pseudoplatystoma spp.) son un género zoológico de peces siluriformes de agua dulce de la familia de los pimelódidos, nativos de América del Sur. Apreciados por su valor gastronómico, han sido diezmados por la pesca deportiva y comercial en los últimos años, así como por la alteración de su hábitat debida a la construcción de centrales hidroeléctricas y/o de la pesca con grandes redes por pescadores locales, ya sea para venta local al publico como tambien para vender a fabricas de harina de pescado, quienes utilizan todo el animal, sin importarles el tamaño y conservacion del mismo.
Son grandes predadores, alimentándose principalmente de ejemplares juveniles de otras especies, especialmente sabalitos y boguitas, aunque no desprecian morenas, anguilas, ranas e incluso víboras. Como otros siluriformes, tienen la piel lisa, y muestran tres distintivos pares de barbillas, dos junto al mentón y uno, de considerable longitud, junto al maxilar. Habitan durante el día en zonas de aguas profundas y lentas, adentrándose por la noche en arroyos para alimentarse. Los surubíes jóvenes son denominados comunmente cachorros.
Antaño el surubí lograba alcanzar un largo de 190 cm. y un peso de 100Kg. (ejemplares pescados en el río Paraná en los años 60 y 70). Las dos especies mayores son denominadas surubí atigrado(o rayado) y surubí pintado, siendo la primera la que alcanza el mayor tamaño e identificándoselo por sus flancos color oliváceo y una rayas laterales negras. El surubí pintado debe su nombre a que posee unos circulos negros en sus flancos en lugar de rayas.
Pacú
Boga
Patí
Mandubé
Manguruyú
Pirá Pitá
Piraña
Moncholo
Bagre Amarillo
Corvina
Vieja de agua
Armado
Palometa
Raya
Chafalote
Especies obtenidas no comunes
Morena Grande
En construcción.
Disculpe la molestia.